NO TE CREAS TODO LO QUE PIENSAS

No te creas todo lo que piensas

Hace unos días iba escuchando el podcast de Aprendemos Juntos de BBVA de David del Rosario, investigador pionero en el ámbito de la Neurociencia aplicada al día a día. Aquí tienes el enlace para ver la charla en Youtube. No te dejará indiferente.

Desde aquel día, no he parado de incluir en las distintas formaciones y sesiones que he tenido, las siguientes 3 reflexiones:

1. No podemos dejar de pensar. No. No podemos. No puedes. Por mucho que te empeñes, tu cerebro no para de generar pensamientos, al igual que no podemos dejar de respirar ni pedir al corazón que pare de latir.

Primera reflexión: nuestros pensamientos son automáticos. Otra cosa es lo que decidas hacer con ellos una vez que aparezcan.

2. Mis pensamientos son solo una propuesta de la realidad. No es LA REALIDAD, es TU REALIDAD pensada desde esos pensamientos. Y aquellos pensamientos que más afloran en nosotros son los que más usamos, los que más nos repetimos, los que más utilizamos y no tienen porqué ser los más eficientes o los que más nos ayuden. Hazlos conscientes y a continuación elige qué quieres pensar.

Segunda reflexión: no podemos eliminar nuestros pensamientos, pero sí podemos sustituirlos.

3. En la reflexión está la inacción. Es necesario parar, respirar, pensar. Es necesario reflexionar sobre qué quiero hacer, qué quiero conseguir o qué no quiero seguir haciendo, pero empiezas a VIVIR tu vida cuando haces.

Tercera reflexión: no dejes que tus pensamientos decidan qué hacer. No creas todo lo que piensas. Date la oportunidad de asombrarte, de redescubrirte, de pensar algo distinto, de redefinir la realidad.

¡Haz la prueba!

Una vez hayas identificado tus pensamientos sobre una situación o un hecho, valora qué percepción de la realidad estás creando y si no te ayuda, ¡cámbialos! ¡Sustitúyelos por unos que sí te sean útiles!

Cuando tu pareja de diga “esto es una tontería”, analiza qué sensación, emoción y pensamiento produce en ti, qué SIGNIFICADO le estás otorgando y qué realidad estás creando.

Si en ese momento (o alguno parecido) lo que te viene a la cabeza es “no valora lo que le estoy diciendo o no me tienen en cuenta” y se suma algo así como “ya lo decía yo, siempre me pasa lo mismo, siempre tiene una contestación igual…” prueba a cambiarlo por “quizás lo que ocurre es que no tiene la misma información que yo”.

El hecho es el mismo, pero el resultado no. ¿Qué harías a partir de ahí?

No dejes que tus expectativas dirijan tus acciones. No les des tanto protagonismo. La expectativas que depositas en los demás son tus deseos sobre lo que te gustaría que hicieran y eso, no lo puedes decidir, ni controlar ni gestionar.

Recuerda, tus pensamientos son solo una posibilidad de la realidad.

Y ya sabes, comparte tu valor, el mundo te lo agradecerá.

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