Somos como un armario
Imagínate un armario a medida con baldas, cajones, barras para colgar ropa y hasta una parte de zapatero.
Tienes sitio para los bolsos, la ropa de deporte, que aunque no la uses mucho, ahí está.
Ahora imagínate que durante dos semanas, en lugar de mantener el armario ordenado, vas guardando las cosas sin ton ni son, todo hecho una bola.
Si tienes un adolescente cerca puedes hacerte una idea gráfica de lo que digo.
Para no ver el desorden, cierras las puertas del armario y sales corriendo.
Llega un día que vas a ponerte tus vaqueros favoritos y no hay manera de encontrarlos.
Toda la ropa está hecha un higo y cuando empiezas a tirar de una pierna de pantalón, aparecen. Están tan arrugados que no te los puedes poner; así que valoras el plancharlos pero no tienes tiempo. Pues nada, a la montaña de ropa limpia para planchar que sacas del armario pero que no te puedes poner porque está más que arrugada.
Ahora ya tienes dos desastres, un armario que solo tiene la función de guarda todo y mal y un enorme cerro de plancha.
Pues así es nuestro día a día cuando no nos organizamos el tiempo. Es ese momento en el que decimos “ no me da la vida”.
Ponte a ordenar tu armario.
Como me decía mi madre, un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio.
Aquí algunos tips que espero te sirvan de ayuda:
1. Planifica tu semana. Imprime un calendario mensual y anota las cosas necesarias e imprescindibles que debes hacer. Pon hora de comienzo y de final.
2. Haz un listado con las cosas que quieres hacer y que ahora “no te da la vida”. Asígnales tiempo necesario y anótalas en el calendario.Piensa que deberás modificar hábitos. Para hacer cosas nuevas, tu rutina debe ser nueva.
3. Asigna huecos libres (free time). Estos momentos te servirán para recuperar tiempo mientras adaptas tu calendario. No es inamovible.
4. Tras una semana, evalúa cómo has distribuido el tiempo, si te ha cundido más la semana y si tienes que hacer modificaciones.